La bioconstrucción es una disciplina que se centra en la creación de edificios y espacios utilizando materiales y técnicas saludables para sus habitantes. A diferencia de la construcción convencional, que a menudo utiliza materiales sintéticos y procesos que generan un gran impacto, la bioconstrucción busca integrarse armoniosamente con la naturaleza y fomentar la sostenibilidad.
Se refiere en términos amplios a la coherencia entre la construcción y las personas que la habitan y su entorno. Se puede entender que la bioconstrucción es considerar el edificio como un medio para la salud, tanto desde el punto de vista físico como mental, por lo que englobaría no sólo el uso de ciertos materiales o su relación con el entorno, sino que refiere a términos más globales.
“La Bioconstrucción trata de relacionar de un modo armónico las aplicaciones tecnológicas, los aspectos funcionales y estéticos y la vinculación con el entorno natural o urbano de la vivienda; con el objetivo de lograr hábitats que respondan a las necesidades humanas en condiciones saludables, sostenibles e integradoras” definición de Biohaus.
Uno de los pilares fundamentales de la bioconstrucción es el uso de materiales naturales y renovables.
La bioconstrucción también se caracteriza por utilizar técnicas de construcción que minimizan el impacto ambiental. Por ejemplo, se promueve el uso de sistemas pasivos de climatización, como el diseño bioclimático, que aprovecha las condiciones naturales del entorno para lograr una temperatura confortable en el interior de los edificios, reduciendo así la necesidad de energía para la calefacción o el aire acondicionado.
La bioconstrucción se preocupa por la salud y el bienestar de las personas que habitan los espacios construidos. Los materiales utilizados en la bioconstrucción no son tóxicos y no emiten compuestos químicos dañinos, lo que ayuda a crear ambientes interiores saludables y libres de contaminación. Además, se promueve la utilización de técnicas de diseño que fomenten la conexión con la naturaleza, como la integración de jardines y espacios verdes, lo que contribuye al bienestar emocional y físico de los ocupantes.
“Es necesario tener una sana visión de la vida. Entender el concepto que significa caminar, sentarse, y tumbarse cómodamente, disfrutar del sol, la sombra, el agua contra el cuerpo, la tierra y todas las sensaciones menores. Si se quiere alcanzar la armonía entre el espacio que se crea y lo qué en él se va a desarrollar, la base de la arquitectura debe de ser el bienestar. Resulta simple y muy razonable.” Jörn Utzon, palabras sobre la “esencia de la arquitectura”
La bioconstrucción también fomenta la participación y el empoderamiento de las comunidades locales. Al utilizar materiales y recursos disponibles en el entorno, se promueve el desarrollo local y se reducen los costos asociados con la importación de materiales.
En resumen, la bioconstrucción es una alternativa sostenible y saludable a la construcción convencional. Al utilizar materiales naturales y renovables, técnicas de construcción respetuosas con el medio ambiente y promover la salud y el bienestar de las personas.